1 de noviembre de 2011

Elegí el salto mortal del acrobata.


Para mi es muy sencillo, la vida debería vivirse al límite, no hay que someterse a ninguna norma, ni dejarse influenciar por lo que lo otros puedan decir o pensar sobre ti, hay que ver cada momento, cada idea, cada día como un verdadero reto y entonces solo así una logrará vivir la vida en la cuerda floja.
Mientras el papel se llena mi espíritu se vacía, de todas formas lo prefiero a tu oficina, no podría haber ver pasar los días moviéndome igual que una autómata, elegí el salto mortal del acróbata, fui un nómada buscando verdades, deje atrás tantas amistades y corazones partidos en dos mitades, tú que sabes de la incertidumbre, del esfuerzo que supone elevar mis canciones hacía la cumbre y aunque el desamor me tumbe, iré en mi propia dirección, soy un sastre del desastre, lastre en cada relación, un mago enamorado del riesgo y de sus destellos, y quien quiera que me quiera deberá lidiar con ello.
¿Qué le voy a hacer si vivo tranquilo en otra galaxia, si lo conocido me asfixia no calma mi ansia, preso en la nostalgia las hojas son mi elixir, andando en la cuerda floja, está es la vida que elegí vivir!
Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara, morimos por cada palabra sin temerle nada, vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca, morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.
Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, escribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.
Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos, la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.
Soy funambulsita, dueño de la cuerda floja, donde se ocultan los sueños, vivo detrás de una hoja, así vio la ataúd, igual que el tiempo que se esfuma, llevo encima aquella cruz por un poco de luz de luna.
He perdido tanto por no estar atento, más que al boli y al papel y al recitar mis sentimientos, he donado todo y he dado mi sufrimiento, he abandonado a mí ser y se lo he regalado al viento.
Por un pedazo de cielo de las nubes formadas con poesía, con sabor a caramelo, más, más cuando escribo, sangro y duelo que me espera en el último peldaño de escalera hacía el anhelo o en el pozo perdí a mis dos mujeres, placeres por verdaderos deseos, he perdido todo menos un menos un torniYO desde que somos aliados el bolígrafo y yo.
Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara, morimos por cada palabra sin temerle nada, vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca, morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.
Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, escribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.
Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos, la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.
Y aunque el suelo queme, miro hacía alante, aunque ande cansado, créeme soy un amante que teme amar demasiado, he aceptado mis dilemas, mis delirios, mis letargos, he retado al equilibrio y no consigo derrotarlo, he visto al presente a mi lado pasar de largo, he llorado sangre escribiendo un pasado amargo, he perdido el miedo y hasta el cielo de tu boca, más yo vivo donde hasta la floja cuerda quede rota, llamémosle la cuerda floja.
Plasmo mis escritos en la hoja con sagrada inspiración de luna roja, soy funambolista de palabras y equilibrio por todos los que defienden paradoja.
Por los que viven en la hora en las que hayan ojos que les juzguen, por los que a veces se hunden luego resurgen, por los que lo arriesgan todo, por plasmar hoy en sus hojas , por los que caminan solos fingiendo en la cuerda floja.

Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara, morimos por cada palabra sin temerle nada, vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca, morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.
Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, escribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.
Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos, la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.
Vivimos intensamente como si el tiempo nos odiara, morimos por cada palabra sin temerle nada, vivimos viendo cimas que están cada vez más cerca, morimos y la rutina vigila tras nuestra puerta.
Seguimos recargando el arma, vomitando el alma, escribiendo el malva, aguantando el peso en nuestra espalda.
Solos nos salva la fe, es todo lo que tenemos, la cuerda floja en nuestros pies hoy pide que abandonemos.

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Sé que soy cabezota e impaciente, que las cosas las quiero aquí y ahora, pero también soy la primera en tener paciencia con los demás, perdonar, perdonar y volver a perdonar. Me encanta salir. Me gusta sonreír y que me sonrían. Odio que me tomen por tonta. Soy borde y losé, pero en el fondo cariñosa. Soy desordenada a más no poder, pero me encanta el orden. Me gusta despertarme de madrugada, mirar el reloj del movil y pensar que todavía puedo dormir un ratito más. Lo peor que se puede hacer es perder el tiempo y lamentarse por el pasado, cada segundo cuenta, si algo ha ocurrido, no te lamentes por ello, ahí se queda, lo echo está hecho. Soy sensible, me pueden hacer daño a la mínima, pero lo callo, a sufrir en silencio no me gana nadie. Odio que se me duerma el pie, madrugar o que me despierten. Me gusta que me hagan la burla y me imiten cuando me ponga tonta. Que una mirada me diga todo. Me encanta reír hasta quedarme sin aire. Puedo ser la persona más tímida y a la vez la más impulsiva. Adoro la fiesta bailar, beber y estar con mi gente. Me encanta el verano, viviría siempre en verano, odio el invierno. Entre playa o montaña, playa sin duda.
Me puedo pasar horas sin hacer nada. Sí, soy muy vaga. No me gusta hablar mucho rato por teléfono, pero cuando lo hago es porque al otro lado hay alguien bastante importante para mí. Me rio por tontadas y pido poco para ser feliz.


Una imperfecta más en está vida no tan perfecta.

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Huelva, Spain
Soy un poco bipolar; puedes verme sonriendo y cinco segundos después ya estoy enfadada o llorando, pero la mayoría del tiempo estoy siempre sonriente. Soy muy nerviosa y me encanta reírme. Tengo confianza en mí misma aunque a veces me averguenze de algún que otro complejo que tengo. Me encanta que me traten como a una adulta, pero me comporto como una niña. No me importa ser una inmadura, pues así es como una aprende de los errores. Soy muy cabezota y celosa. Aunque me cueste, siempre acabo perdonando a la gente, por muy mal que se hayan portado conmigo. Creo que esta frase marca mucho mi vida: "Quizás la clave para ser realmente libre sea reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites"

Sensaciones(;

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